El diseño web es una de las asignaturas pendientes de buena parte de los comercios online o que quieren tener una fuerte presencia en Internet. Se trata de un elemento que ha sido algo ignorado y maltratado. Es necesario revalorizarlo, para que comprendas exactamente qué es lo que te puede aportar.
La originalidad entre la repetición
El problema actual es que existen plataformas en las que, de manera gratuita, se puede tener una página web propia. También puedes comprar plantillas para distintos diseños. ¿Qué inconvenientes hay aquí? Que páginas así hay por millones. Y, por lo tanto, los clientes potenciales terminan desconfiando de diseños tan manidos y complejos de entender.
Por eso, un punto a favor de un buen diseño, es que te permite personalizar tu web como tú quieres tenerla. Con las secciones, el contenido, o las funcionalidades que tú elijas. Esto supone dos cosas. Por un lado, es asumir que cada negocio es un mundo, y que esto tiene que reflejarse también en su imagen. Por el otro lado, se entiende así que la imagen de marca es un punto en el que vale la pena invertir.
Una página web es tu carta de presentación para buena parte de los clientes potenciales que sepan de ti. Transmitir la idea adecuada en esa primera impresión, es fundamental. La mejor manera de hacerlo es reflejar los valores de los que presumes, el servicio que ofreces y las ideas que sostienen tu empresa. Y que todo eso se entienda inmediatamente. Si tu marca es joven, si es elegante, si, al contrario, busca la sobriedad, la estabilidad. Eso debe ser transmitido por tu web.
Por estos motivos, el diseño web personalizado es tan importante, ya que es un recurso auxiliar que te permite desarrollar una comunicación propia. Algo que, evidentemente, va a revertir a la hora de conseguir un mayor número de clientes o seguidores.
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